El parlamento español se reúne de nuevo el jueves (17 de agosto) después de unas elecciones generales no concluyentes en julio, con todas las miradas puestas en el partido separatista catalán de línea dura JxCat, que inesperadamente emergió como un hacedor de reyes.

La primera tarea de los 350 legisladores recién elegidos será votar por un nuevo presidente de la cámara, y el primer ministro interino Pedro Sánchez nominará a un candidato de su partido socialista.

La votación es ampliamente vista como una prueba antes de una crucial votación de investidura, que determina quién formará el gobierno, programada para el próximo mes.

Ni la izquierda ni la derecha ganaron los 176 escaños necesarios para tener una mayoría funcional en las elecciones generales del 23 de julio: cada lado solo ganó 171.

Esto puso a JxCat en una posición tan influyente porque el voto de sus siete legisladores, tanto el del jueves como en la futura votación de nominación, podría ser decisivo.

Los separatistas catalanes han puesto el listón muy alto para su apoyo: una amnistía para cualquier persona procesada por la justicia española por su intento fallido de independencia de 2017 y un referéndum sobre la autodeterminación.

Garantías sólidas

Si JxCat apoya al candidato presidencial de Sánchez, «sería una buena señal para él, pero de ninguna manera garantiza su nominación para otro mandato, dados los importantes obstáculos para cumplir con las demandas de JxCat», dijo Federico Santi, analista de Eurasia Group en Londres.

“Si no se llega a un acuerdo sobre el liderazgo parlamentario, aumentarían las posibilidades de repetir las elecciones”, agregó.

El líder de JxCat, Carles Puigdemont, exigió garantías sólidas el miércoles antes de ofrecer su apoyo al próximo gobierno español.

«No tenemos confianza en los partidos políticos españoles», escribió el separatista catalán en X, la plataforma de redes sociales antes conocida como Twitter.

“No podemos avanzar basándonos en promesas hechas por quienes no siempre las cumplen, por lo que necesitamos ver garantías sólidas antes de comprometernos a votar”.

Un guiño a los separatistas

Puigdemont, de 60 años, dirigía el gobierno regional de Cataluña en el momento del fallido intento de secesión, que involucró un referéndum ilegal seguido de una breve declaración de independencia.

Huyó de España poco después para evitar ser procesado y actualmente vive en Bélgica, donde dirige JxCat.

En lo que fue ampliamente visto como un guiño a los separatistas catalanes, Sánchez propuso a Francina Armengol como presidenta del parlamento.

Armengol fue presidente regional de las Islas Baleares, donde se habla mucho el catalán, de 2015 a 2023.

JxCat no dijo si apoyaría la candidatura de Armengol el jueves.

Sánchez también se comprometió el miércoles a promover el uso del catalán, el euskera y el gallego en Europa, una solicitud de larga data de los partidos nacionalistas.

«España habla castellano, pero también catalán, vasco y gallego», dijo en una reunión de diputados socialistas recién elegidos.

«Vamos a impulsar el uso (de estos idiomas) dentro de las instituciones de la UE como parte de un compromiso que voy a llevar a cabo durante la presidencia española de la Unión Europea», dijo sobre el papel que asumió España el 1 de julio.

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