El Partido Socialista de España (PSOE) ha llegado a un acuerdo con el partido separatista catalán Junts per Catalunya que podría allanar el camino para que el primer ministro interino, Pedro Sánchez, forme un gobierno de coalición tan pronto como la próxima semana.
En el acuerdo, los partidos dicen que a pesar de sus «profundas diferencias», Junts ofrecerá sus siete votos en el Parlament para apoyar un gobierno liderado por Sánchez a cambio de una controvertida amnistía para los políticos y activistas catalanes que participaron en un intento fallido de se separará de España en 2017.
Las elecciones generales no concluyentes de julio no dejaron un camino claro hacia el gobierno ni para la coalición de derecha ni para la de izquierda, pero con los siete votos de Junts, Sánchez puede reunir suficiente apoyo para pasar la prueba de la mayoría de 176 escaños en una votación de investidura.
En Bruselas, donde se llevan a cabo intensas negociaciones desde hace semanas, el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, dijo que el acuerdo era «una oportunidad histórica para resolver un conflicto que sólo puede resolverse mediante la política».
Cerdán aseguró que su partido estaba «muy satisfecho» con el acuerdo a pesar de lo difícil de las negociaciones que se desarrollaron en Bélgica, donde reside el líder exiliado de Junts, Carles Puigdemont.
Puigdemont, hablando desde el mismo lugar en Bruselas donde se dirigió al público por primera vez después de su exilio en 2017, dijo que su partido y el PSOE compartían el objetivo de «contribuir a la resolución del conflicto histórico entre Cataluña y España», añadiendo que Junts era entrando en una «fase nueva y sin precedentes» que el partido «exploraría y explotaría».
También aseguró que el camino a seguir será incierto y “plagado de dificultades”.
Según el acuerdo desvelado el jueves, Junts mantiene la legitimidad del referéndum sobre la independencia de Cataluña de España organizado en octubre de 2017 y de la posterior declaración de independencia, que los socialistas consideran jurídicamente nula.
Pero a pesar de lo que el texto describe como “desconfianza mutua” entre los dos partidos, acordaron entrar en una nueva fase de cooperación para garantizar que Sánchez pueda gobernar para un segundo mandato.
El acuerdo prevé un mecanismo de mediación “internacional” diseñado para monitorear y revisar todo el proceso de negociación entre las dos partes, así como cualquier acuerdo posterior que puedan alcanzar.
España dividida por la amnistía
El acuerdo ha generado duras críticas por parte de los partidos de oposición, que acusan a Sánchez de socavar el Estado de derecho al exonerar delitos como malversación y mala administración con fines políticos.
Alberto Núñez Feijóo, el líder de la oposición que encabezó las encuestas en julio, dijo que Sánchez había “humillado” a España al cooperar con un fugitivo de la justicia.
Dolors Montserrat, portavoz del PP en el Parlamento Europeo, dicho en la plataforma de redes sociales
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid describir el acuerdo como un “cheque en blanco” para los separatistas.
Figuras políticas de la propia familia política de Sánchez, incluido el expresidente Felipe González, también han expresado reservas sobre una ley de amnistía. Los expertos jurídicos no están de acuerdo sobre si el proyecto de ley violaría la Constitución española.
Una encuesta de opinión reciente sugiere que el 40% de los votantes socialistas se oponen a la amnistía, mientras que el 87% de los miembros del partido apoyaron la medida en una consulta formal.
Pero la vicepresidenta interina de España y socia de coalición de Sánchez, Yolanda Díaz dicho en la plataforma de redes sociales X que después de meses difíciles, “la serenidad y la convivencia” habían superado al odio.
Violento demostraciones Se han producido protestas en ciudades españolas en los últimos días, y también se produjeron protestas más pequeñas en la capital belga, donde se anunció el acuerdo.
Bruselas interviene
En una intervención inesperada, el Comisario Europeo de Justicia, Didier Reynders, se dirigió a una carta a los ministros españoles el miércoles para pedirles más información sobre la posible ley de amnistía, en medio de «serias preocupaciones».
La Comisión fue contactada por «un gran número de ciudadanos», decía la carta.
En respuesta, el ministro de Presidencia española, Félix Bolaños, dijo que el proyecto de amnistía era una propuesta de los grupos parlamentarios y que el estado actual del Gobierno en funciones le impedía presentar proyectos de ley al Parlamento.
Cuando se le preguntó si la Comisión intervendría más, un portavoz dijo el jueves que la cuestión catalana «sigue siendo un asunto interno de España» y que «no es inusual que la Comisión solicite información bilateralmente a los Estados miembros sobre cuestiones que suscitan preocupación».
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