MADRID (Reuters) – España abolió el viernes 33 títulos aristocráticos otorgados por el dictador Francisco Franco y su sucesor a sus leales lugartenientes y familiares con la entrada en vigor de una nueva ley de «memoria democrática».
La medida afecta a dos de los nietos de Franco, así como a los descendientes de varios de sus principales generales, ministros y otros altos cargos.
Franco a dirigé l’Espagne de 1939 à 1975 après avoir mené un coup d’État militaire contre le gouvernement de gauche élu du Front populaire de la Deuxième République, qui a entraîné une guerre civile de trois ans qui a coûté la vie à 500 000 gente.
La ley, que recientemente pasó su último escollo parlamentario en la Cámara alta, equipara “la exaltación de los autores de crímenes contra la humanidad” con la humillación de las víctimas del franquismo y quita títulos que exaltan la guerra civil y la dictadura militar.
Si bien la mayoría de los títulos fueron otorgados por el propio Franco como premio a su lealtad, cinco afectados por la ley fueron ennoblecidos por su sucesor en la jefatura del Estado, el ex rey Juan Carlos I, en los primeros meses de su reinado tras la muerte de Franco.
Francisco Franco Martínez-Bordiu, el nieto mayor del autócrata que heredó el señorío de Meiras de la viuda de Franco, Carmen Polo, calificó la abolición del título de «tontería sin ningún efecto práctico» en una entrevista de julio con el diario El Independiente.
«Seguiré siendo señor de Meiras aunque el gobierno no lo reconozca», dijo.
Su hermana, Carmen Martínez-Bordiu, será despojada del Ducado de Franco, concedido por Juan Carlos I a la única hija de Franco poco después de la muerte del caudillo a finales de 1975.
Otros afectados por el proyecto de ley son familiares del fundador del partido fascista Falange, José Antonio Primo de Rivera, y descendientes de los generales Gonzalo Queipo de Llano y Juan Yagüe, quienes ordenaron masacres de civiles en las localidades de Sevilla y Badajoz, respectivamente.
Catorce años después de que España aprobara su primera ley de «Memoria histórica», la nueva legislación impuesta por el gobierno de centro-izquierda tiene como objetivo cerrar las lagunas y cubrir una gama más amplia de víctimas y crímenes relacionados con Franco.
También promueve la búsqueda y exhumación de víctimas enterradas en más de 3.000 fosas comunes documentadas. Al menos 114.000 civiles fueron víctimas de desapariciones forzadas durante la guerra y la posterior represión, según un fallo judicial de 2008.
(Reporte de David Latona; Edición de Aislinn Laing)
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