MADRID (Reuters) – Cientos de conductores de aplicaciones de viajes compartidos en Barcelona y otras ciudades españolas podrían perder sus trabajos el sábado cuando expire la fecha límite para las nuevas reglas que cubren dichos servicios, dijeron conductores a Reuters y propietarios de flotas.
Se ha instado a los gobiernos regionales españoles a promulgar nuevas reglas para los automóviles privados que transportan pasajeros contratados a través de plataformas móviles como Uber, Bolt y su rival local Cabify, luego de que los taxistas protestaron por competencia desleal.
Algunas regiones, como Madrid y Andalucía, permiten que los conductores sigan operando como hasta ahora, pero otras, como Barcelona, han introducido medidas más restrictivas.
Algunas áreas no actuaron antes de la fecha límite, lo que significa que los conductores de aplicaciones de viajes compartidos en esas áreas solo pueden llevar pasajeros en viajes entre ciudades en lugar de dentro de ellas.
En Barcelona, la segunda ciudad más grande del país, las reglas podrían obligar a muchos conductores a cerrar con requisitos estrictos como una longitud mínima del automóvil o la propiedad total de los vehículos, dijeron los conductores y los propietarios de los parques de automóviles.
Algunos conductores tienen la intención de continuar operando hasta que las autoridades procesen las solicitudes de mantenimiento en servicio, aunque el estado legal de esto no está claro.
Si bien algunas de las aplicaciones para compartir viajes, como Uber y Cabify, han aprovechado la transición para llegar a acuerdos con taxistas para trabajar en sus aplicaciones, los conductores independientes se están quedando atrás.
Uber se negó a comentar para esta historia.
Arshak Georgian, que se ha incorporado a la gig economy, es un armenio que vive en España desde hace 16 años. Primero trabajó como cocinero y ahora depende de su coche y del carnet de Barcelona para criar a sus dos hijas, de ocho y cuatro años.
«Iré a trabajar mañana porque estoy dispuesto a correr el riesgo, no estoy haciendo nada malo», dijo Georgian el viernes. «Sin embargo, no está claro si la policía nos dejará trabajar».
La empresa de viajes compartidos Bolt ha encontrado una solución temporal para seguir trabajando en Barcelona: agregar un parachoques de metal para extender la longitud de los autos para cumplir con las nuevas reglas, cuyo objetivo es establecer estándares de seguridad y calidad.
«No creemos que esa sea la solución ideal», dijo Bolt en una publicación de blog. La empresa quiere lanzar «un mensaje sobre el carácter contraproducente de las nuevas normas de la ciudad».
José Manuel Berzal, director de UNAUTO, la asociación de conductores y propietarios de flotas más grande de España, dijo que no estaba claro si las extensiones del parachoques, que cuestan 1.000 euros (977,70 dólares) cada una, satisfarían a las autoridades.
($1 = 1,0228 euros)
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