El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió este martes a adoptar las medidas necesarias para romper el histórico impasse provocado por el Tribunal Constitucional en torno a la reforma del nombramiento de los jueces y la abolición del delito de sedición.
El máximo tribunal del país decidió el lunes detener el paso de legislación que ya había sido aprobada por la cámara baja del parlamento en un movimiento sin precedentes desde el regreso de la democracia al país hace 44 años.
El gobierno, encabezado por su partido socialista PSOE, no está de acuerdo con la decisión pero trabajaría dentro de la ley para aprobar los cambios propuestos, dijo Sánchez.
“El Gobierno adoptará todas las medidas necesarias para poner fin al injustificable estancamiento en el Poder Judicial y la Corte Constitucional”, dijo. del Palacio de la Moncloasu residencia oficial.
“En tiempos de incertidumbre se necesita calma y firmeza”, agregó.
Los comentarios del Primer Ministro se producen en medio de un prolongado lucha politica en España sobre la renovación de los altos cargos del poder judicial, la mayoría de los cuales son designados políticamente.
Afecta tanto a la Consejo General del Poder Judicial de Españapor el que se rige el Tribunal Supremo, y el Tribunal Constitucional, que sustenta la constitución española.
El Consejo General está congelado desde 2018, cuando España entró en un período de agitación política y elecciones repetidas que culminaron en que el PSOE de Sánchez armó una frágil coalición minoritaria en 2019. Nombra a dos de los 12 magistrados del Tribunal Constitucional, lo que significa que su el estancamiento tiene un efecto dominó, mientras que cuatro son designados por el Congreso, cuatro por el Senado y dos por el gobierno.
Tal como están las cosas, seis de los 12 jueces del Tribunal Constitucional son conservadores frente a cinco progresistas. Cuatro de los letrados debían ser sustituidos en junio de este año, dos de los cuales fueron designados por el Consejo General y dos por el anterior Gobierno conservador del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy.
La decisión judicial de bloquear la legislación el lunes se produjo tras una impugnación judicial presentada por el PP, ahora bajo el liderazgo de Alberto Núñez Feijooquien argumentó que respetaba la constitución.
El martes, Sánchez acusó al PP de desacatar deliberadamente su mandato constitucional para mantener a su favor el equilibrio político del sistema judicial español.
Otro elemento del proyecto de ley que ha inquietado a los conservadores en el parlamento se refiere a una propuesta de flexibilización del código penal que suprimiría el delito de sedición y cambiaría las penas por malversación de fondos públicos -dos cargos utilizados para condenar y encarcelar a los separatistas catalanes tras un acto ilegal y acuerdo unilateral referéndum de independencia en 2017.
Sánchez intentó aliviar las tensiones en Cataluña y en 2021 perdonado Nueve líderes políticos y activistas catalanes encarcelados por su implicación en el intento de secesión.
En mayo de 2023, España celebrará elecciones municipales, que muchos ven como la primera prueba de fuego para el gobierno de coalición de Sánchez con la izquierda Unidas Podemos.
Tras ello, los partidos tendrán que afrontar las elecciones generales previstas para diciembre del próximo año, y la disputa política con Cataluña es una de las «patatas calientes» del panorama político ibérico.
(José Miguel Blanco, Fernando Heller | EFE, EuroEFE.EURACTIV.es)
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