La Inspección de Trabajo ha sido el último colectivo en sumarse a las protestas de los funcionarios -las de los empleados de la Seguridad Social, del Servicio Público de Empleo, de la Agencia Tributaria, del Servicio de Salud, los abogados del Ministerio de Justicia…- El Gobierno no ha cumplió con el acuerdo firmado en julio de 2021, en el que se comprometía a solucionar la grave escasez de personal y la falta de carreras profesionales en la agencia.
Actualmente hay unos 2.200 oficiales de inspección activos y otros 800 miembros del personal de apoyo; es decir, la Inspección de Trabajo tiene a su cargo una plantilla de 3.000 personas para 20 millones de afiliados a la Seguridad Social, 1,4 millones de empresas y 10 millones de pensionistas. “El Ministerio de Trabajo y Economía Social debe dejar de emitir mensajes triunfalistas y emprender soluciones estructurales o la Inspección de Trabajo colapsará”, advierten los sindicatos, que también lamentan que en 2022 no se haya ejecutado el 20% del presupuesto de la Inspección.
La Seguridad Social también está en pie de guerra por la escasez de personal, lo que se traduce en retraso en la administración de las prestaciones y falta de atención a los ciudadanos en todas las comunidades, interminables colas y retrasos en la concesión de prestaciones -como la maternidad o la Ingreso Mínimo Vital-. Según cálculos de CSIF, esta organización tiene un déficit de 7.000 puestos de trabajo. En la recta final del año pasado hubo rallyes en Madrid, Valencia y Barcelona, y este viernes se reanudarán en Sevilla.
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) perdió unos 3.600 trabajadores y, aunque durante la pandemia se contrataron 1.500 trabajadores temporales, todos fueron despedidos después, dejando la plantilla al límite. Se gestionan más de 47 pagos de subvenciones y en algunas provincias hay retrasos de hasta 2 o 3 meses en la designación y reconocimiento de una prestación.
La falta de personal en la Agencia Tributaria (AEAT) asciende a 5.000, lo que dificulta su lucha contra la evasión fiscal, advierte el CSIF.
Además, el Sistema Nacional de Salud (SNS) también se ha levantado contra los líderes políticos por el colapso de la atención primaria, la saturación de las urgencias, el aumento de las listas de espera y la falta de profesionales, de los que salen ciudadanos de todas las comunidades. Ya se han anunciado huelgas y paros en Andalucía, Madrid, Cataluña, Navarra, Extremadura y Comunidad Valenciana. Según datos de la Seguridad Social, el SNS suprimió 50.000 puestos de trabajo entre septiembre y noviembre, por lo que urge un plan de recursos humanos.
De diciembre de 2020 a diciembre de 2022, el número de empleados públicos afiliados al Seguro Social aumentó en 126.799 personas, pero estas adiciones netas no son suficientes para los empleados o sus representantes sindicales. Así la Inspección de Trabajo, la Seguridad Social, el SEPE, la Agencia Tributaria, el Servicio de Salud y los Abogados de Justicia se movilizan en este mes de enero ante la falta de personal y las malas condiciones salariales.
«Estudiante. Organizador. Ninja zombi de toda la vida. Introvertido. Friki de las redes sociales».