TRES pequeños pueblos del Pirineo español organizan la milenaria fiesta de Joaldunak para ahuyentar a los malos espíritus y despertar a la «primavera que viene».
La celebración tiene lugar cada año el último lunes y martes de enero en Ituren, Zubieta y Lantz.
El evento ha sido reconocido oficialmente por la UNESCO como una parte invaluable del patrimonio cultural de Europa.
El origen exacto de esta celebración es incierto, pero tiene muchas similitudes con otros eventos donde las máscaras y los cencerros son los elementos principales.
Se cree que está relacionado con los antiguos ritos de cambiar el ciclo estacional y celebrar el solsticio de invierno.
Los campaneros, o Joaldunak como se les llama en euskera, visten gruesas pieles de oveja y sombreros grandes y coloridos, haciendo sonar grandes cencerros de vaca atados a la espalda para ahuyentar a los malos espíritus y las brujas.
Un pastor que sostiene las cadenas de un enorme «oso» de carnaval con orejas de cuerno de carnero acompaña a los Joaldunak en su marcha, barriendo a la multitud y ordenando al mar de monstruos que se haga a un lado para dejarlos pasar.
Los residentes locales atan cardos plateados al dintel sobre las puertas de entrada para alejar a las brujas.
La gente anima al valiente Joaldunak en su búsqueda para librar a la región de los monstruos y, por supuesto, da la bienvenida al tan esperado regreso de la primavera.
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