La NASA y la Agencia Espacial Italiana se unen para una misión de contaminación del aire

Las mediciones de MAIA de la luz solar reflejada por partículas en el aire ayudarán a los investigadores a determinar la abundancia, el tamaño y las propiedades ópticas de ciertos contaminantes en la atmósfera. El uso de estos datos junto con mediciones basadas en la superficie ayudará a los investigadores a descifrar la composición química de las partículas.

Las partículas de 10 micrómetros o menos de diámetro (PM10) son lo suficientemente pequeñas como para ser inhaladas, lo que puede causar daño a los tejidos e inflamación de la nariz, la garganta y los pulmones. Las partículas de menos de 2,5 micrómetros (PM2,5) pueden penetrar más profundamente en los pulmones y ser absorbidas por el torrente sanguíneo, donde pueden causar problemas de salud más graves.

La composición de estas partículas depende de cómo se formaron. Por ejemplo, el carbono negro proviene de la quema de combustibles fósiles y árboles, mientras que el polvo mineral proviene del suelo y la arena. Otras partículas (carbono orgánico, sulfatos y nitratos) pueden formarse por reacciones químicas entre gases en la atmósfera. El objetivo principal de MAIA es estudiar si las exposiciones a estos diferentes tipos de contaminación por partículas tienen diferentes impactos en la salud.

Durante su misión de tres años, MAIA se centrará en 11 áreas objetivo principales que cubren los principales centros urbanos de todo el mundo: Los Ángeles, Atlanta y Boston en los Estados Unidos; Roma; Addis Abeba, Etiopía; Barcelona, ​​España; Beijing; Johannesburgo; Nueva Delhi; Taipei, Taiwán; y Tel Aviv, Israel. Orbitando a 460 millas (740 kilómetros) sobre la superficie de la Tierra, la misión también recopilará datos de 30 áreas objetivo secundarias en todo el mundo.

Los epidemiólogos del equipo científico tienen la intención de estudiar los efectos de la exposición a corto plazo a la contaminación por partículas en el transcurso de días, así como la exposición crónica, que puede durar muchos años. La exposición “subcrónica”, como la inhalación de contaminantes durante varios meses durante el embarazo, que puede tener efectos adversos para la salud tanto de la madre como del bebé, también es de interés.

Gregorio Jerez

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