Los líderes de la Iglesia en España han pedido moderación en medio de protestas masivas contra el plan del nuevo gobierno socialista de conceder amnistía a los separatistas catalanes encarcelados.
“La reforma siempre es necesaria, pero debe respetar los mecanismos legales y buscar el bien común”, afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal Nacional, el cardenal Juan José Omella.
“Pido a los líderes políticos y de opinión que hagan todo lo posible para aliviar las tensiones sociales, que trabajen en todo momento por el interés general, promoviendo la comunión y lo que nos une”.
El cardenal, arzobispo de Barcelona, habló al inicio de una sesión plenaria de obispos el lunes, dos días después de que grupos católicos de derecha se unieran a una manifestación masiva contra la nueva ley de amnistía en Madrid.
Dijo que España estaba experimentando «duras realidades»: una cuarta parte de su población se enfrentaba a privaciones, lo que requería diálogo y respeto a las normas constitucionales «sin cordones sanitarios ni exclusiones».
Cualquier pacto político que cambie el status quo acordado por los españoles en su Constitución de 1978 provocaría «divisiones y enfrentamientos», afirmó el cardenal Omella, a menos que cuente con el apoyo de todas las fuerzas políticas y de una «mayoría cualificada de la sociedad».
La ley de amnistía, acordada con los partidos catalanes por el presidente del Gobierno socialista, Pedro Sánchez, a cambio de su apoyo a su nuevo gobierno, liberará hasta 400 separatistas y fuerzas de seguridad encarcelados tras el referéndum sobre la independencia de octubre de 2017, considerado ilegal por El Tribunal Constitucional español. .
Más del 70 por ciento de los españoles, incluida una mayoría de votantes del Partido Socialista, se opusieron a la amnistía en una encuesta de opinión de septiembre. La policía, grupos de justicia y asociaciones civiles también han advertido que podría alimentar nuevas demandas secesionistas.
Entre las reacciones de la Iglesia estuvo el comentario del obispo José Ignacio Munilla de Orihuela-Alicante, quien declaró en la radio de su diócesis que sería «inmoral» que «algunos políticos amnistien a quienes cometieron delitos a cambio de sus votos». El arzobispo Jesús Sanz Montes de Oviedo dijo a ABC News que la amnistía representaba una «amnesia calculada, con consecuencias nocivas para España».
Sánchez prestó juramento la semana pasada ante el rey Felipe VI para otro mandato de cuatro mandatos, después de conseguir una estrecha mayoría de 179 votos en el Congreso de los Diputados de España, de 350 escaños, cuatro meses después de elecciones no concluyentes.
El Primer Ministro socialista, en el poder desde 2018, se negó a prestar juramento inaugural sobre la Biblia. Según se informa, ha incluido a católicos prominentes en su nuevo gobierno, con el objetivo de mejorar los vínculos con la Iglesia, que ha criticado las leyes recientes que restringen la enseñanza religiosa y liberalizan el aborto, la eutanasia y el reconocimiento de género.
El Papa convocó a todos los obispos españoles a una reunión en el Vaticano el martes, para discutir un informe de una visita papal a principios de 2023 a su Iglesia; ha habido una fuerte caída en las vocaciones y la asistencia masiva en sus 70 diócesis y 23.000 parroquias.
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