El recién elegido parlamento español se reúne el jueves para elegir al presidente de la cámara y al consejo de presidencia, una votación normalmente común pero que esta vez se interpretará como un indicador de un futuro gobierno.
Las elecciones nacionales no concluyentes del 23 de julio no dejaron a ningún partido la oportunidad de reunir el apoyo necesario para liderar un gobierno. Los partidos de izquierda y de derecha se encuentran en un delicado equilibrio en la lucha por el poder.
El primer ministro interino, Pedro Sánchez, parece tener una ligera ventaja sobre sus rivales conservadores y de derecha, pero nada está garantizado y nuevas elecciones en los próximos meses siguen siendo una posibilidad real.
Por lo tanto, la votación del jueves en el consejo por parte de los 350 nuevos diputados podría indicar si los socialistas de Sánchez están logrando avances en la construcción de apoyo entre los partidos más pequeños. Entre ellos se incluyen los partidos separatistas de Cataluña, que probablemente decidirán tanto la elección del presidente como la futura sesión para elegir un primer ministro.
Los socialistas de Sánchez, el partido izquierdista Sumar (Unión de Fuerzas) y cuatro partidos más pequeños pueden sumar 171 escaños. Pero el conservador Partido Popular, que obtuvo la mayor cantidad de votos en las elecciones del mes pasado, el partido de extrema derecha Vox y un partido más pequeño también pueden obtener los mismos 171 escaños. Para obtener la mayoría absoluta se necesitan 176 votos.
Esto significa que Junts (Juntos), un partido separatista catalán radical liderado por el político fugitivo Carles Puigdemont, exiliado en Bruselas, podría estar en primera fila para determinar el curso de la política española durante los próximos cuatro años.
Si Sánchez y los partidos que lo apoyan toman el control del consejo el jueves, ya sea si Junts se abstiene o vota a favor, el líder socialista podría contar con ese mismo apoyo para seguir siendo primer ministro. Pero eso sería un obstáculo constante para una legislatura.
Las opiniones de Puigdemont son políticamente tóxicas para la mayoría de los españoles.
El exlíder de la región noreste de Cataluña, que huyó de España después de su fallido intento de independencia en 2017, quiere que el nuevo gobierno de España garantice que ayudará a los cientos de separatistas que enfrentan problemas legales por su participación en su campaña secesionista.
También quiere que Madrid permita un referéndum sobre la independencia catalana.
El referéndum es un fracaso para Sánchez y sus rivales conservadores. Sánchez, sin embargo, ha indultado a destacados separatistas y ha reformado leyes para otorgar cierto alivio legal a los separatistas como parte de su programa para reducir las tensiones en Cataluña.
«Los puntos críticos de nuestra posición no han cambiado», dijo Puigdemont el miércoles, añadiendo que quería garantías de los socialistas antes de anunciar la posición de su partido.
Los legisladores comenzarán a reunirse a las 10 a.m. (0800 GMT) y los resultados de la votación se esperan a primera hora de la tarde.
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Joseph Wilson informó y David Brunat contribuyó a este informe desde Barcelona.
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