El PP (centroderecha) quedó primero en las elecciones europeas del domingo en España. Pero su ascenso no provocó la caída del gobierno del primer ministro Pedro Sánchez, como esperaban los conservadores.
Desde la dimisión del Primer Ministro belga hasta las elecciones anticipadas en Francia, las elecciones europeas han tenido un efecto dominó en todo el continente.
En España, el Partido Popular (PP) obtuvo una notable victoria. Sin embargo, a pesar de las esperanzas de los conservadores, el gobierno socialista de Pedro Sánchez no colapsó.
Si bien el PP disfrutó de una popularidad renovada, el partido socialista PSOE de Sánchez mantuvo una fuerte base de apoyo.
«Es cierto que estamos convencidos de que resistir también es una forma de ganar», afirmó Esther Peña, portavoz del PSOE.
Al presidente del Gobierno español todavía le quedan tres años de mandato y de momento no tiene previsto convocar elecciones anticipadas.
¿Qué sigue para Sánchez?
«Desde el punto de vista institucional, nada ha cambiado. El Parlamento sigue donde está y Pedro Sánchez todavía tiene una mayoría que lo apoya», dijo a Euronews el analista político Jaime Coulbois.
Pero la verdadera prueba para Sánchez aún está por llegar. Su estrategia electoral ha tensado sus relaciones con sus principales aliados, en particular el movimiento de izquierda Sumar y los partidos catalanes.
Los socios de coalición de Sánchez perdieron apoyo en las elecciones europeas de este año en comparación con las elecciones generales del año pasado, y los analistas apuntan a un posible cambio de los partidarios de Sumar hacia los socialistas.
Se espera que estas tensiones alcancen su punto máximo cuando comiencen las negociaciones para la toma de posesión del presidente de la Generalitat de Cataluña, donde el partido socialista ganó las elecciones regionales pero no obtuvo la mayoría.
Cataluña sigue siendo una de las pocas regiones de España donde los socialistas superaron al PP y quedaron primeros en dos provincias a expensas de partidos independentistas como Junts y ERC.
Sin embargo, tras las elecciones europeas del domingo, Yolanda Díaz, vicepresidenta del gobierno de coalición español y líder de Sumar, decidió dejar su puesto como coordinadora del movimiento.
“Los ciudadanos han hablado. Y asumo la responsabilidad. Por eso decidí dejar el cargo de coordinadora de Sumar”, afirmó.
Díaz anunció que continuaría desempeñándose como vicepresidenta y ministra de Trabajo, y ya anunció que su grupo sería más activo en el gobierno de coalición e impulsaría políticas más distintivas.
Un miedo unificador
La competencia entre los aliados de Sánchez y sus socialistas en el Parlamento ya ha bloqueado varias iniciativas e impidió al presidente del Consejo aprobar el presupuesto general.
A pesar de estos desafíos internos, un factor une al diverso bloque parlamentario que apoya a Sánchez: el miedo a una posible coalición entre el centro derecha y la extrema derecha.
La perspectiva de una coalición PP-Vox podría alentar a los aliados de Sánchez a permanecer unidos.
Esta aprensión compartida bien puede ser el pegamento que mantenga unida una alianza previamente fragmentada, asegurando que el gobierno de Sánchez pueda continuar funcionando a pesar de los desafíos potenciales.
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