El Tribunal Supremo español rechaza las acusaciones del Gobierno balear sobre responsabilidad financiera derivada de las medidas adoptadas durante la pandemia.
Estas reclamaciones, que ascienden a millones de euros, se basaban en el hecho de que el Tribunal Constitucional había dictaminado que el Los estados de alarma de 2020 y 2021 fueron ilegales.. Se consideró que el gobierno español debería haber aplicado un estado de emergencia diferente, tal como prevé la Constitución.
En el caso de Mallorca y Baleares, las solicitudes de compensación se dirigieron al consejo de ministros (el gabinete) y a la Consejería de Sanidad regional. Deberían aceptar la responsabilidad de daño causado por sus medidas.
Las mayores quejas se referían a dos empresas privadas de salud que gestionan varias clínicas en Baleares. Uno era nueve millones de euros. El motivo era que la empresa necesitaba mantener los niveles de personal, ya que el personal era esencial pero estaba perdiendo ingresos debido a la reducción de las consultas. La otra reclamación ascendía a 4,5 millones de euros. Ambos fueron presentados inicialmente al Gobierno balear pero fueron rechazados.
Otras reclamaciones incluyeron un negocio de gimnasio. Pidió 9,5 millones de euros, aunque parte de esta suma se refería a gimnasios en otras partes de España. Un grupo de restauración reclamó tres millones, una empresa de bingo 983.000 euros, una empresa de salones de París 548.000 euros.
El Tribunal Supremo considera que ni los decretos sobre el estado de alarma ni la sentencia del Tribunal Constitucional indican que exista un derecho a una indemnización por el daño sufrido. Había «el deber de soportar cargas en general para preservar la salud pública de los ciudadanos”.
Respecto de la sentencia del Tribunal Constitucional, el Tribunal Supremo se refiere a la inconstitucionalidad parcial, concluyendo que no existe derecho a indemnización, al tiempo que aplica «el principio de precaución». Por lo tanto, los solicitantes deben demostrar que las medidas adoptadas no estaban justificadas y no eran apropiadas ni razonables.
Se espera que la sentencia disuada otras reclamaciones, ya que los demandantes están responsable de los costos de las actuaciones del Tribunal.
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