Y Madrid en el centro de todo
El punto de vista elegido, y al mismo tiempo personaje central del libro, es Madrid. Madrid DF, en palabras de la propia Juliana; el centro del poder político, pero también, cada vez más, el centro del poder económico; Madrid donde se concentra el aparato administrativo y judicial de todo el Estado; el Madrid que acumula la influencia y el poder de las élites latinoamericanas que allí se instalan; el Madrid que existe dentro de su propia burbuja mediática, llena de intersecciones económicas y políticas; el Madrid del Toro Segador, el oráculo creado por Juliana que le sirve de alter ego cuando es necesario, como él mismo dice, “ordenar ideas” o indicar nuevos caminos de interpretación.
El libro, que rastrea los acontecimientos políticos de estos años intensos y turbulentos, destaca ciertos patrones recurrentes en la perspectiva de Juliana. Como catalán en Madrid, se siente obligado y dispuesto a mediar en lo que sucede a ambos lados de la línea de alta velocidad Barcelona-Madrid. Enric Juliana es sin duda una figura culta y respetada en Madrid (La Vanguardia (un periódico muy influyente en el panorama político madrileño) por su capacidad para interpretar y dar forma a los acontecimientos en Cataluña. En Cataluña, sirve como traductor del ruido y el bullicio de la capital del estado, a menudo difícil de captar a más de 600 kilómetros de distancia, particularmente cuando la representación catalana en el aparato administrativo y judicial de la capital es débil.
El estilo de Juliana también añade profundidad a sus columnas. Sus artículos están llenos de referencias culturales, abarcando alusiones literarias, artísticas y sobre todo históricas, que ayudan a contextualizar las noticias que ahora llegan a los ciudadanos de múltiples formas. Lo que a mucha gente le gusta de estas crónicas es que proporcionan capas adicionales de referencia y contexto a lo que ya saben, que son estrictamente hechos o eventos. Juliana también dialoga con voces significativas que enriquecen constantemente su análisis. A lo largo del libro, por ejemplo, hay un esfuerzo constante por explicar a Madrid lo que caracteriza a lo que él llama «España Oriental», con sus innegables fundamentos históricos y sus déficits comunicativos, como bloqueo de larga data del Mediterráneo. eje por la lógica centrípeta de Madrid y el Estado. La cuestión de la plurinacionalidad también es un tema recurrente, que aparece en diversas formas, desde recordatorios históricos y debates dentro de las Cortes Constituyentes, hasta momentos en que los partidos importantes adoptan o evitan el tema y, por supuesto, toda la saga del Estatuto de Autonomía. el papel de Maragall, la sentencia del Tribunal Constitucional o el inicio de la proceso y sus implicaciones legales y políticas aún en curso.
Los artículos de Juliana tienen muchas capas de interpretación, de forma muy parecida a como los llamaríamos hoy hipertexto. Por tanto, este libro, además de ser una recopilación de un período políticamente intenso, servirá en el futuro para contextualizar elementos y dilemas que seguirán vigentes. Desde este punto de vista, se podría decir que Enric Juliana no es sólo un cronista de acontecimientos; también participa activamente en la escena que nos presenta, ayudándonos a comprender.
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