En un mitin del Partido Socialista Obrero Español el sábado, el primer ministro español, Pedro Sánchez, presentó una nueva ley que establecería un sistema de cuotas de género en las esferas pública y privada de España, asegurando que las mujeres (y los hombres) representen al menos el 40%. de cualquier órgano de gobierno o empresa.
«Si representan la mitad de la sociedad, la mitad del poder político y económico debe estar en manos de mujeres», dijo Sánchez, calificando la legislación «no a favor de la sociedad española en su conjunto».
En el ámbito político, la ley prevé un número igual de candidatos y candidatas para las elecciones. Actualmente, las mujeres representan el 44% y el 39% del Congreso y el Senado españoles, respectivamente.
Las empresas no están exentas del proyecto de ley. Las mujeres ocupan el 30% de los puestos directivos en empresas públicas y privadas en España, pero el proyecto de ley de Sánchez propone que deben representar el 40% de la dirección en empresas que empleen a más de 250 personas o valgan 50 millones de euros -o unos 53 millones de dólares- o más.
El proyecto de ley probablemente será aprobado por el gabinete el martes antes de pasar al parlamento para su debate. Si bien el partido de Sánchez tiene la mayoría de escaños, sin el apoyo de Unidas Podemos, un socio de su coalición gobernante que lo ha criticado por menos que básicoel proyecto de ley puede enfrentar oposición.
Sin embargo, esta legislación no es la primera incursión del país en la igualdad de género, pero sí quizás la más directa.
En 2007, el país Ley orgánica para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres – o simplemente la Ley de Igualdad – se puso en marcha, instituyendo una serie de mandatos de género. La Ley de Igualdad estableció en particular la licencia de paternidad y exigió a los gobiernos a nivel local, regional y nacional, así como a las grandes empresas, que crearan planes de igualdad para aumentar la participación de las mujeres.
El mes pasado, el parlamento español aprobó varias leyes destinadas a crear condiciones más equitativas para las mujeres, desde ampliar el acceso al aborto a las jóvenes de 16 y 17 años hasta establecer licencia menstrual remunerada, convirtiendo a España en uno de los pocos países, y el primero en Europa, para hacerlo.
Al hacer obligatoria la representación, la nueva Ley de Igualdad de Representación completaría el trabajo iniciado por su predecesora. Sin embargo, a pesar de los avances realizados, algunos creen que la nueva ley por sí sola no es suficiente.
Irene Montero, ministra de Igualdad de España y punta de lanza de su nueva política de permiso menstrual, cree que la verdadera paridad de género sólo es posible si «las feministas llenan las instituciones».
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