MADRID (Reuters) – España ha suspendido la venta de un envío de bombas a Arabia Saudí por preocupaciones sobre su uso en el conflicto de Yemen, dijo el martes el Ministerio de Defensa español.

Amnistía Internacional y otros grupos de derechos humanos han denunciado la venta de armas occidentales a Arabia Saudita y sus aliados en una guerra que, según Naciones Unidas, ha matado a más de 10.000 personas y dejado a 8,4 millones de personas al borde de la hambruna.

El canal de televisión español Cadena Ser informó que el Ministerio de Defensa había iniciado un procedimiento para cancelar un contrato firmado entre el antiguo gobierno de España y el Estado del Golfo Árabe en 2015 para la venta de 400 bombas guiadas por láser.

El canal dijo que las bombas fueron supuestamente utilizadas en Yemen, donde expertos en derechos humanos de la ONU dijeron que los ataques aéreos de la coalición liderada por Arabia Saudita habían causado numerosas víctimas civiles y que algunos podrían constituir crímenes de guerra.

«Confirmamos la noticia», dijo una portavoz del Ministerio de Defensa, negándose a dar más detalles. No hubo respuesta inmediata de las autoridades sauditas.

La Cadena Ser dijo que la administración socialista del primer ministro Pedro Sánchez, que asumió el cargo en Madrid en junio después de derrocar a su predecesor conservador, reembolsaría los 9,2 millones de euros ya pagados por el equipo.

El ministerio dijo el mes pasado que nunca había vendido armas que pudieran usarse contra una población civil, condenó el asesinato de no combatientes en Yemen y dijo que revisaría cualquier posible venta que aún no haya concluido y que podría estar implicada en ataques contra civiles.

En abril, España firmó un acuerdo marco para vender buques de guerra a Arabia Saudí, por un importe estimado en unos 1.800 millones de euros.

Estados Unidos y Gran Bretaña se encuentran entre los principales proveedores extranjeros de armas de la coalición liderada por Arabia Saudita que lucha por restaurar el gobierno internacionalmente reconocido que fue derrocado de la capital Saná por los rebeldes hutíes alineados con Irán en 2015.