MADRID, 8 sep (Reuters) – España depende cada vez más del gas natural ruso, incluso cuando sus importaciones totales están cayendo, según mostraron el viernes datos gubernamentales.
Las importaciones españolas desde Rusia se dispararon un 65% en julio respecto al mismo mes del año pasado, mientras que el país importó un 14% menos de gas durante el mes, indicó Cores, organismo del Ministerio de Energía y Medio Ambiente, en un comunicado.
Como resultado, la participación del gas ruso en las importaciones totales -España depende totalmente del gas extranjero- aumentó hasta el 28% en julio, frente al 14,5% del mismo mes de 2022.
Rusia se ha convertido en el segundo proveedor de España después de Argelia, que transporta gas a España a través de un gasoducto que cruza el Mediterráneo. Las importaciones procedentes de los principales países exportadores como Nigeria, Noruega, Qatar y los Estados Unidos disminuyeron en julio.
En los primeros siete meses del año, las importaciones rusas de gas se dispararon un 70%, representando el 21% de las importaciones totales, convirtiéndose España en el segundo mayor cliente de Rusia.
España no es el único comprador de gas ruso en la Unión Europea, a pesar del objetivo oficial del bloque de abandonar los combustibles fósiles rusos en unos pocos años.
Entre enero y julio, los países de la UE importaron alrededor de un 40% más de GNL de Rusia en comparación con el mismo período de 2021, antes de la guerra en Ucrania, según mostró un análisis realizado por activistas la semana pasada.
Las importaciones generales de gas natural ruso han caído desde el año pasado después de que Rusia redujera los flujos a Europa en respuesta a las drásticas sanciones occidentales a su economía y la explosión de los gasoductos submarinos Nord Stream.
El viernes en Bruselas, la ministra española de Energía, Teresa Ribera, que ocupa la presidencia rotatoria de la UE, dijo que no había planes para prohibir las importaciones rusas de GNL en el corto plazo, ya que tal medida desencadenaría un aumento de precios que podría paralizar la economía de la UE.
Reportaje de Matteo Allievi, edición de Inti Landauro y David Evans
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