LA familia de un mazarronero ha recibido una indemnización de 74.000 euros tras su fallecimiento tras dos horas de espera de una ambulancia.
El premio en metálico del Servicio Murciano de Salud (SMS) llegó después de que la Asociación de Defensores del Paciente se hiciera cargo del caso de la familia.
Los servicios de emergencia fueron llamados a las 12:31 p. m. del 21 de septiembre de 2020 cuando el hombre de 52 años, que tenía condiciones preexistentes, se enfermó y tenía dificultad para respirar.
Su familia volvió a llamar a la 1:24 p. m. e insistió en que el hombre sufría de insuficiencia respiratoria.
No llegó ninguna ambulancia y se hizo una tercera llamada 30 minutos después para decir que el hombre estaba «empeorando y apenas respiraba».
La angustiada familia llamó entonces al Centro de Salud de Mazarrón a las 14:01 horas y solicitó asistencia inmediata debido a su estado.
Les dijeron que no había otra alternativa que esperar una ambulancia, y volvieron a marcar el 112 y dijeron que el hombre no tenía pulso.
Según los informes, una ambulancia estaba «en camino», pero se hicieron tres llamadas más entre las 14:07 y las 14:14 para conocer su paradero.
Llegó a las 2:17 p.m., casi dos horas después de la primera notificación, y los paramédicos dijeron que el hombre había sufrido un paro cardiorrespiratorio severo pero que luego murió en el Hospital Santa Lucía en Cartagena.
La Asociación de Defensores del Paciente ha accedido a las grabaciones de audio de las llamadas al 112 y su abogado, Ignacio Martínez, las describió como un «manejo desastroso de una emergencia que involucra la vida de una persona».
También atacó la respuesta «fría, burocrática e inhumana» a las llamadas.
los La Inspección de Servicios de Salud dijo que el tiempo de espera excesivo no cumplía con los estándares de «calidad» y la SMS accedió a pagar parte de lo que había exigido la familia del fallecido.
La Asociación de Defensores de Pacientes Carmen Flores dijo: «Este caso demuestra cuán importante es que los departamentos de emergencia estén dirigidos por personas calificadas, que no solo actúen de acuerdo con las reglas, sino que demuestren buena intención».
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