Cataluña es ahora la primera región española que tiene dos partidos de extrema derecha en el Parlamento.
4. ¿Quién será presidente?
Aunque el candidato socialista Illa ganó las elecciones regionales, queda por ver si podrá convertirse en presidente de Cataluña. Su partido controla ahora 42 escaños en el Parlamento, pero necesitaría el apoyo de 68 legisladores –o garantías de que posiblemente podría ganar una mayoría simple de votos– para asumir el cargo.
Un camino hacia la victoria implicaría una alianza de izquierda entre los socialistas, los Comunes y la izquierda republicana separatista de Cataluña, pero el líder de este último ha dicho que su partido sólo quiere ser parte de la oposición, aparentemente cerrando la puerta. a un acuerdo.
Mientras tanto, aunque Puigdemont reconoce que Illa ganó las elecciones, todavía quiere ser presidente. Después de pedir a todos los partidos catalanes que unieran fuerzas el domingo por la noche, el líder separatista sugirió que los socialistas se abstuvieran y le permitieran tomar el poder, un escenario que el candidato ganador (naturalmente) rechazó.
5. Todas las miradas están (todavía) puestas en Puigdemont
Puigdemont prometió retirarse de la política activa si no lograba convertirse en presidente de Cataluña. Pero parece que, por muy escasas que sean sus posibilidades, el líder separatista se niega a tirar la toalla hasta que se hayan descartado todos los escenarios posibles.
Esto le complica la vida a Sánchez, que no puede permitirse el lujo de molestar a Puigdemont: para aprobar una ley, el gobierno de coalición minoritario de España necesita el apoyo de los siete diputados de Junts en el parlamento nacional, que siguen siendo leales al líder separatista. No está claro cómo el presidente del Gobierno puede permitir que su candidato Illa se convierta en presidente de Cataluña sin poner en peligro la estabilidad de su administración en Madrid.
El parlamento catalán tiene hasta mediados de agosto para elegir al nuevo presidente de la región. Incluso si todos los candidatos dicen que no quieren nuevas elecciones, si no llegan a un acuerdo, los catalanes serán llamados nuevamente a las urnas en otoño.
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