Los Mossos d’Esquadra, la policía autónoma de Cataluña, tienen la tarea de garantizar que esto no suceda.
El Palacio del Parlamento de Cataluña, de estilo neoclásico, está situado en el Parc de la Ciutadella, con una superficie de 31 hectáreas. Para evitar la entrada de Puigdemont, sólo se abrirá una entrada al parque y sólo se permitirá la entrada a los diputados acreditados y su personal.
En el marco de la operación de seguridad, la policía también está registrando sala por sala del Parlamento, al igual que los guardias reales registraron las entrañas del Palacio de Westminster en Londres para apoderarse de Guy Fawkes y los montones de explosivos con el que pretendía volar la Cámara de los Lores en 1605, la policía catalana fue enviada al sótano del edificio de casi 300 años de antigüedad para asegurarse de que no hubiera nadie escondido allí.
Los agentes también registraron las alcantarillas y sellaron una puerta que conecta el parlamento -un antiguo arsenal y palacio real- con el Zoológico de Barcelona, que rodea el edificio por tres lados. Los recintos más cercanos al parlamento albergan impalas, puercoespines y, tal vez apropiadamente, hienas.
«Estos son procedimientos de seguridad estándar que se llevan a cabo antes de cualquier acto de inauguración», dijo a POLITICO un portavoz de los Mossos d’Esquadra.
Pero el portavoz admitió que si la policía encontrara a alguien con una orden de detención pendiente a su nombre -como es el caso de Puigdemont- estaría «obviamente» obligada a detenerlo.
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