El futuro de la izquierda en España es incierto, ya que depende de su capacidad de movilizar e inspirar a sus seguidores en torno a un nuevo proyecto de país, que de hecho se está improvisando por la convocatoria anticipada de elecciones nacionales.
Siempre es difícil explicarle a un extraño lo que está pasando en España. Para empezar, es necesario explicar la diferencia entre la política a nivel nacional en el Congreso de los Diputados y el Senado, y la política a nivel de las Comunidades Autónomas, que son entidades regionales con sus propios parlamentos. En segundo lugar, cada Comunidad Autónoma tiene su propia constitución (“Estatuto”), y no todas gestionan las mismas competencias delegadas por el Estado. Finalmente, deben entender que cada una de estas Comunidades Autónomas constituye un mundo por derecho propio. A los españoles que viajan por su propio país suele sorprenderles darse cuenta de lo que ocurre en el resto de Comunidades Autónomas.
Las Comunidades Autónomas tienen sus propios partidos políticos, ya sean de derecha (como el Partido Nacionalista Vasco) o de izquierda (como la Esquerra Republicana Catalana), que también cuentan con diputados en el parlamento nacional. Unidas Podemos tiene «confluencias» que les representan en determinadas Comunidades Autónomas, del mismo modo que el PSOE representa al PSOE en Cataluña. Las coaliciones de gobierno suelen ser diferentes entre las Comunidades Autónomas y también son diferentes de la coalición gobernante a nivel nacional. Hay una gran diversidad de intereses en los distintos territorios.
Las elecciones del 28 de mayo de 2023 en gran parte de las Comunidades Autónomas demostraron que los conservadores del Partido Popular iban a continuar con su política de coalición de gobierno con la extrema derecha de Vox, que surgió en Castilla y León en febrero de 2022. Los conservadores siguen esta política siempre que les es posible, como vimos recientemente en el Comunidad Valenciana. Esto complicaría seriamente el ejercicio del poder por parte del gobierno nacional en caso de una coalición de izquierda. La constitución española establece que los gobiernos de las Comunidades Autónomas aplican las leyes votadas a nivel nacional en el marco de las competencias que les ha cedido el Estado, lo que les permite en la práctica abstenerse de aplicarlas.
Es probable que el Partido Popular no obtenga la mayoría absoluta que le permita gobernar tras las elecciones nacionales del 23 de julio y tendrá que hacerlo en coalición con Vox. en caso de victoria, el Partido Socialista Obrero Español estará obligado a hacer lo mismo con los partidos de su izquierda que así lo deseen. Quince de estos partidos han acordado formar una coalición electoral liderada por Sumarpartido político creado el 31 de mayo de 2023 tras la escisión de Unidas Podemos, que a su vez forma parte de esta misma coalición con sus “confluencias”, junto a partidos autonómicos como Compromiso. Este último partido participa con la condición de que en el futuro sólo tendrá que negociar con Sumar en igualdad de condiciones, excluyendo hacer lo mismo con el resto de partidos de la coalición..
La coalición de izquierdas del Gobierno saliente puede estar orgullosa de los resultados macroeconómicos de su legislatura, sin duda la más izquierdista desde el final de la dictadura y enfrentada al dogma neoliberal tanto en Bruselas como fuera de la Unión Europea. Sin embargo, Los españoles han sufrido una de las mayores caídas de poder adquisitivo entre los países de la OCDE aunque lograran evitar una catástrofe social. Esto explica la pérdida de votos de Unidas Podemos, que se ha mostrado en la práctica no como una fuerza política que ofrece una alternativa al sistema económico actual, sino como un partido más dispuesto a gestionar el statu quo. Aunque el gobierno de coalición de izquierda consiguió mejorar considerablemente los derechos sociales, las condiciones reales de vida de los españoles dieron la victoria a la derecha en elecciones anteriores.
El futuro de la izquierda en España es incierto, pues depende de su capacidad para movilizar e inspirar a sus militantes en torno a un nuevo proyecto de país, que de hecho se improvisa ante la anticipada convocatoria de elecciones nacionales. Parece que si perdemos, también tendremos que sufrir lo que Yanis Varoufakis llámalo Erdoganización del Estado, «una combinación de ultranacionalismo, conservadurismo social, una agenda favorable a las grandes empresas, una red de clientelismo y fuertes dosis de autoritarismo». Si Unidas Podemos obligara al Partido Socialista Obrero Español dentro de la coalición de gobierno a tomar medidas más a la izquierda que las de su programa y en contra de los intereses de los actuales poderes económicos, Vox sería el pretexto para que el Partido Popular permitiera que hace lo que de otro modo no se atrevería, justificándolo como la única forma de evitar que “los otros” recuperen el poder.
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