Belgrado, Serbia — El presidente del Gobierno español inició el viernes una gira por los Balcanes Occidentales con una visita a Serbia, ofreciendo el apoyo de su país a la integración de la volátil región en la Unión Europea.

El primer ministro, Pedro Sánchez, habló con el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, en Belgrado antes de sus visitas a Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Macedonia del Norte y Albania en los próximos días.

Las naciones balcánicas se encuentran en diferentes etapas del proceso de adhesión a la UE. Funcionarios de la UE han tratado recientemente de alentar a los gobiernos de la región a seguir adelante con las reformas en medio de preocupaciones sobre los esfuerzos de Rusia para aumentar su influencia en los Balcanes.

Serbia sigue siendo uno de los pocos países europeos que ha mantenido lazos amistosos con Rusia a pesar de su invasión de Ucrania y se ha negado a sumarse a las sanciones occidentales contra Rusia.

Sánchez dijo que la guerra en Ucrania ha llevado a la UE a repensar sus políticas de ampliación y abrir sus puertas a los países de Europa del Este -Ucrania y Moldavia se han convertido recientemente en candidatos oficiales para la membresía- y en los Balcanes Occidentales.

Sánchez dijo que su gira tenía como objetivo enviar un mensaje de que Serbia y el resto de los Balcanes Occidentales «pertenecen a Europa».

“Tienes un aliado en España que te apoyará en tus esfuerzos por ingresar en la Unión Europea”, dijo Sánchez en una rueda de prensa conjunta con Vucic. Calificó las relaciones con Serbia de «excelentes».

Vucic dijo: «Serbia considera a España un verdadero amigo, uno de sus mejores amigos en el mundo».

España se encuentra entre un puñado de países de la UE que no han reconocido la independencia de la antigua provincia serbia de Kosovo, que ha obtenido el apoyo de Estados Unidos y la mayor parte de la UE.

Kosovo declaró su independencia en 2008, una década después de que su mayoría de etnia albanesa lanzara una rebelión contra el gobierno serbio, lo que desencadenó una brutal represión por parte de Belgrado. El conflicto se cobró más de 10.000 vidas antes de que la OTAN bombardeara Serbia para obligarla a ceder el control del territorio.

Mientras España se enfrenta a sus propios movimientos separatistas, Sánchez dijo que su gobierno cree en el respeto a la integridad territorial. Pidió una resolución del conflicto de Kosovo a través de un diálogo continuo bajo los auspicios de la UE.

Los dos líderes también anunciaron planes para que Serbia y España celebren un foro empresarial en octubre.