La centrocampista española Jenni Hermoso se sumó este viernes a una multitudinaria huelga de jugadores tras decir que no aceptaba ser besada por el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, tras la victoria de España en la final del Mundial femenino.
En un comunicado difundido por el sindicato de jugadores, Futpro, Hermoso y otros 80 jugadores dijeron que no volverían a los campos para representar al país, «si continúa la gestión actual» dentro de la Federación Española de Fútbol.
Rubiales, de 46 años, desafió las expectativas al negarse a dimitir durante una reunión de emergencia de la Federación el viernes.
El chef afirmó en un encendido discurso que su beso en los labios de Hermoso durante la ceremonia de entrega de medallas de la final del Mundial del domingo fue «mutuo, eufórico y consensuado». Dijo que ella accedió cuando le preguntó a Hermoso si podía darle «un beso».
También afirmó que “fue ella quien me tomó en brazos y me acercó a su cuerpo”.
Sin embargo, Hermoso negó las acusaciones y dijo que se sentía «vulnerable y atacada».
“Quiero aclarar que en ningún momento consintí el beso que me dio y en ningún caso busqué despertar al presidente”, dijo Hermoso en el comunicado de Futpro.
El sindicato de mujeres añadió que todas las jugadoras que firmaron la declaración, incluidas las 23 campeonas de la Copa del Mundo, estaban adoptando una postura para forzar el cambio.
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