Al caminar entre los restos carbonizados de las colinas boscosas de la Sierra de la Culebra que fueron devastadas por el peor incendio forestal de España el año pasado, Pablo Martín Pinto es contundente.

“Estamos pasando de la era de los grandes incendios forestales a los megaincendios forestales en España”, afirma este experto en incendios forestales de la Universidad de Valladolid, alertando de que este tipo de incendios “han llegado para quedarse”.

El año pasado, España sufrió casi 500 incendios forestales que devastaron grandes extensiones de territorio, y los expertos advirtieron que es probable que aumenten los incendios similares a los de California.

Aunque la primavera apenas ha comenzado, unos 700 bomberos luchan contra el primer gran incendio forestal en España, que hasta ahora ha arrasado unas 4.000 hectáreas de terreno y ha obligado a huir a 1.500 personas.

Los bomberos dijeron que un incendio de este tipo era más típico del verano que de la primavera.

«Necesitamos aprender todo lo posible de lo que pasó», dijo Martín Pinto.

Si España vive «otro verano en el que las temperaturas no bajan de los 35°C durante 20 días y no llueve durante cuatro meses, la vegetación corre el riesgo de incendiarse» al primer rayo, advirtió.

Situada en la región noroeste de Castilla y León, la Sierra de la Culebra fue arrasada por incendios en junio y julio, con más de 65.000 hectáreas quemadas, una quinta parte de la superficie total afectada en España el año pasado.

El incendio también se cobró la vida de cuatro personas.

Devolver la vida al bosque dentro de décadas

Durante el incendio, el conductor del tractor Ángel Martín, de la cercana ciudad de Tabara, obtuvo el estatus de héroe después de que aparecieran imágenes de él trabajando para limpiar una franja de tierra para crear un cortafuegos.

Logró escapar pero sufrió graves quemaduras que le costaron la vida tres meses después.

Los daños causados ​​por el incendio provocaron que la ciudad perdiera 80.000 euros de ingresos anuales por la venta de leña, afirmó el alcalde Antonio Juárez.

El incendio también destruyó una zona popular para la caza y la recolección de setas, y devastó una zona popular entre los lugareños.

El bosque podría volver a la vida algún día, pero «nadie que esté vivo hoy estará ahí para verlo», dice Juárez.

Según la ONU, más de 1.600 millones de personas dependen de los bosques en todo el mundo, y el Acuerdo de París de 2015 establece un marco para detener y revertir la deforestación, que está creciendo a un ritmo de 10 millones de hectáreas por año.

La gestión forestal es crucial

Los expertos dicen que conservar los bosques de España es clave para hacer frente al riesgo de incendios forestales.

Los bosques «hay que protegerlos» cuidando el sotobosque que puede generar incendios, lo que también ayudará a proteger «un recurso que genera actividad económica», afirma José Angel Arranz Sanz, director de Políticas Forestales de la Comunidad de Castilla y León.

Y Martín Pinto aboga por la creación de espacios «más resilientes» caracterizados por un variado «paisaje mosaico» compuesto por «zonas forestales arboladas… y explotaciones ganaderas, intercaladas con zonas de matorral».

Cuando los paisajes forestales son más homogéneos, «eso realmente limita la capacidad de prevenir la propagación de un incendio», advirtió.

El guardabosques Jorge de Dios, que representa a un sindicato regional de trabajadores ambientales, dice que se necesitan más recursos y advierte sobre la falta de bomberos capacitados para enfrentar este tipo de situaciones.

«Vamos a ver cada vez más incendios, y incendios más grandes», afirmó, añadiendo que la mayoría de los bomberos locales «no son profesionales y no tienen suficiente formación», haciéndose eco de las preocupaciones expresadas también por los bomberos regionales.

Greenpeace también instó a las autoridades a adoptar un nuevo enfoque centrado en una acción preventiva temprana para minimizar los riesgos.

“Los incendios forestales deben estar en lo más alto de la agenda política y no deben combatirse sólo mediante calor y fuego, sino mediante acciones preventivas tempranas con una gestión ambiental adecuada y adaptada a esta nueva realidad”, afirmó Mónica Parrilla de Greenpeace España.